El
edificio de la cofradía vieja de pescadores de Lekeitio, construido entre los
años 1803 y 1808, según planos del arquitecto Manuel Vicente de Laca, tenía en
su fachada principal desde 1881 un reloj mecánico de torre, cuyos datos más importantes
se encuentran visibles en una chapa de bronce que tiene éste en su parte
posterior:
ROQUE
DE LA PRADA
1786
Lo primero que salta a la vista es que el
reloj es 22 años más viejo que el edificio en el que se encuentra, pero todo
tiene su explicación.
Resulta
que, en 1786, se encontraba muy viejo y trastornado el reloj de la torre de la
iglesia de Santa María, por lo que, el Ayuntamiento, en sesión plenaria de 23
de abril de ese año, aprobó comisionar al alcalde, Manuel de Gizaburuaga, para
que tratase con el maestro relojero durangués Roque de la Prada , lo que fuese más
conveniente, arreglar el reloj viejo o hacer uno nuevo. Por las cuentas de la
fábrica de Santa María parece que primeramente arregló el viejo, seguramente
para que funcionase hasta que estuviese terminado el nuevo, y seguidamente
fabricó uno nuevo que fue tasado en 6.170 reales por el maestro Agustín de
Albiz y que Roque de la Prada
cobró en tres plazos, en 1786 un plazo de 4.000 reales y otro de 170 reales, y
el tercero de 2.000 reales en 1790. El herrero Francisco de Txopitea trabajó, a
las órdenes del relojero, en la construcción de éste reloj.
En
años posteriores, hasta 1798, fue Roque de la Prada quien se encargó del arreglo de todas las
averías que tuvo el reloj de la torre de Santa María.
Fueron
también construidos por Roque de la
Prada el reloj de la iglesia de San Antón de Bilbao en 1785,
desaparecido en la actualidad, y el reloj de la iglesia de San Nicolás de Bari
de Elantxobe en 1804.
El
Ayuntamiento de Lekeitio, en sesión Plenaria de 30 de julio de 1846, ordenó que
el reloj de la iglesia de Santa María se trasladase al tejado de la iglesia de
San José. La excusa para dicho traslado consistía en que sería de mayor
utilidad para el vecindario. De esta manera, el reloj construido en 1786 por
Roque de la Prada ,
es trasladado a la iglesia de San José, siendo José Javier de Uribarren quien
se hace cargo del pago de las obras necesarias para dicho traslado.
En
1881, siendo alcalde José Antonio de Amias, el Ayuntamiento de Lekeitio decide
comprar un reloj nuevo para colocarlo en la iglesia de San José. Para ello
comisiona a Claudio de Abaroa, lekeitiano residente en París, para que se
encargue de la compra de un reloj de torre a la casa Collin de esa ciudad,
comprando éste un reloj mecánico Succr. de B.H. Wagner por el que el
Ayuntamiento de Lekeitio paga 4.059,40 pesetas.
Para el
10 de noviembre de 1881 habían terminado las obras de instalación del nuevo
reloj en la iglesia de San José. El reloj viejo, construido en 1786 por Roque
de la Prada ,
tras ser arreglado ése mismo año por Martín de Elordi, fue colocado en la
última planta del edificio de la cofradía vieja de San Pedro. Se le puso una
campana nueva fundida por Esteban Echebaster, relojero y campanero vecino de
Gasteiz, que costó 406 pesetas, mide 1,80 metros de
circunferencia y 0,57
metros de diámetro, y su peso es de 106,72 kilos. Tiene
ésta campana varias inscripciones, la del anillo superior: JESUS MARIA Y JOSE
ORA PRO NOBIS AÑO 1881; la del anillo inferior: PRO * PIEDAD * DEL * Y * LUSTRE
* AIUNTAMIENTO * DE * LEQUEITIO * AÑO * DE * 1881; y sobre el anillo inferior,
dentro de un recuadro: ESTEBAN / ECHEBASTER / EN VITORIA.
Asimismo se formó una comisión para el seguimiento de las obras de instalación de
ambos relojes, la cual quedó satisfecha de la buena realización de dichas
obras, conviniendo que los gastos de la instalación de ambos relojes, así como
el mantenimiento sucesivo de ambos, corriesen a cargo del Ayuntamiento. Las
mencionadas obras tuvieron un coste total de 2.103,53 pesetas.
El
alguacil Francisco de Inchusagarri, que cuidaba del reloj de la iglesia de San
José desde 1846, fue en adelante el encargado de cuidar y dar cuerda a ambos
relojes.
En el año 2003 comenzaron las obras de rehabilitación del edificio de la antigua Cofradía de Mareantes de San Pedro, por lo que el reloj, construido en 1786 por Roque de
Iñaki Madariaga Valle